Sabemos que el dinero es un tema emocional, pero lo que no nos damos cuenta es que esas emociones juegan un papel importante en nuestras malas decisiones financieras. En este artículo, compartiré contigo cinco de las trampas emocionales más grandes que he aprendido de la psicología del dinero y cómo puedes evitar caer en ellas.
1. Pagar el precio
Este es uno de los conceptos que muy pocas personas comprenden. Todo lo que tienes y haces tiene un precio, ya sea en dinero o en emociones como el miedo, la duda o el estrés. Nada es gratuito, especialmente cuando se trata de invertir. El precio que pagas no es solo el valor de las acciones o la cantidad que inviertes, sino también la volatilidad emocional y el miedo que ello conlleva.
Por ejemplo, si vas al gimnasio hoy, puede que te duela un poco mañana y te sientas adolorido. Después de tres, seis o nueve meses, podrás ver resultados. Sin embargo, las personas tienden a aplicar estos periodos de recompensa cortos a la inversión. Piensan que, al comprobar los resultados después de tres o seis meses, verán ganancias. Pero ahí es donde caen en la trampa emocional. Imagina que compraste un índice de fondos S&P 500 en los años 80. Sí, se podría argumentar que ha subido 11.000 puntos desde entonces, pero también habrías tenido que enfrentar 13 años de pérdidas combinadas, con una caída del 20% desde su máximo, y ocho meses en los que cayó un 50%. Solo después de pagar ese precio emocional y mantener la inversión durante esas caídas es que podrías beneficiarte de los resultados compuestos. Cuanto más tiempo puedas soportar la volatilidad, el miedo y la duda, y mantener tu inversión, más trabajo hará tu dinero por ti.
2. La magnitud de la casualidad
Este es un concepto difícil de digerir al principio, pero una vez que lo comprendes, cambiará la forma en que piensas acerca de ganar dinero y a quién aprender. Hay muchos factores que influyen en los resultados financieros que están fuera de nuestro control y tienen un impacto mayor que nuestras propias acciones. Nuestra crianza, nuestra etnia, nuestro género, nuestra ubicación geográfica, entre otros, juegan un papel importante en nuestra capacidad para tener éxito financieramente.
Es peligroso pasar por alto la casualidad o la suerte, porque muchas personas intentan acumular riqueza imitando a personas excepcionalmente exitosas. Si vemos a alguien enriquecerse rápidamente, tendemos a preguntarnos cómo lo hizo y cómo podemos copiarlo para tener éxito. Sin embargo, debido a la casualidad y a estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, las probabilidades no siempre estarán a nuestro favor. Tomemos el ejemplo de Bill Gates, con su gran éxito y enorme patrimonio neto. Podemos decir que lo logró porque era muy inteligente y trabajador, pero lo que no siempre consideramos es el hecho de que él asistió al único instituto en Estados Unidos que tenía una computadora; era uno de los pocos adolescentes que tenía acceso a una computadora. Esto fue un elemento de casualidad en su historia que contribuyó en gran medida a su éxito financiero. En lugar de centrarnos en el individuo, es mejor enfocarnos en patrones más amplios para maximizar la probabilidad de éxito.
3. La riqueza es lo que no ves
Este es quizás el punto más importante de la lista, y a menudo lo pasamos por alto como sociedad. Somos seres sociales, por lo que no es de sorprender que busquemos validación social. Sin embargo, buscar constantemente esa validación nos perjudica, y una de las razones por las que muchos no logran alcanzar el éxito financiero es porque confundimos ser rico con ser próspero. Las personas ricas pueden carecer de prosperidad, pero no podemos verlo porque su ingreso actual es alto y tienen el dinero disponible para gastarlo en artículos caros y tangibles. Confundimos la percepción con la realidad. Por otro lado, es difícil identificar a una persona próspera porque ahorran dinero. No puedes entrar en su cuenta bancaria y ver el dinero que no están gastando. Ahora que comprendemos la diferencia entre ser rico y ser próspero, podemos aprender los hábitos de las personas prósperas y evitar malgastar nuestro dinero para protegerlo y hacerlo crecer.
4. Usa el dinero para comprar control
Esta lección ha resonado mucho en mí. Cuando alguien me pregunta por qué no gastar dinero en ciertas cosas, mi respuesta es siempre la misma: mi objetivo es utilizar ese dinero para crear la vida que deseo. Utilizar el dinero para comprar tiempo y opciones tiene un beneficio de estilo de vida que pocos bienes de lujo pueden igualar. El dinero te brinda la opción y el control sobre tu vida, más que tu salario, tu título o el prestigio de tu trabajo. Se trata de hacer lo que quieres, cuando quieres, con las personas que quieres. Eso es lo que trae verdadera felicidad y es un privilegio que viene con tener riqueza. Puede requerir sacrificios en otras áreas por el momento, pero todo es con el objetivo de enfocarte en lo que realmente brinda el mejor valor a tu dinero y en los elementos más importantes de tu vida: crear la vida que siempre has deseado y tener la libertad y el control sobre tu tiempo.
5. Narrativas contrastantes
Todos estamos familiarizados con este concepto, pero muy pocos de nosotros lo aplicamos. Sabemos que tener dinero y saber administrarlo nos brinda control, pero ¿cuánto dinero necesitamos en realidad? Hay estudios que demuestran cómo nuestros ingresos tienen retornos decrecientes en nuestra satisfacción personal, y más allá de cierto punto, tener más dinero ya no nos proporciona un mayor nivel de felicidad. Es importante saber cuándo decir «basta». Hay un límite en el valor que el dinero puede brindar en nuestras vidas. Se trata de encontrar el equilibrio entre acumular riqueza y preservar lo que realmente importa, como nuestras relaciones, nuestra salud y nuestro bienestar general. Con demasiada frecuencia, las personas se obsesionan con perseguir más dinero, más posesiones, más éxito, sin detenerse a considerar las posibles consecuencias. Esto puede llevar a sacrificar nuestra salud física y mental, dañar nuestras relaciones e incluso arriesgar la estabilidad financiera que ya tenemos. Es fácil olvidarlo cuando vemos a las personas a nuestro alrededor gastando dinero y recibiendo mensajes de marketing que nos dicen cómo deberíamos gastar el nuestro. Por un lado, recibimos mensajes que nos dicen que debemos vivir de manera frugal y ahorrar para ser ricos, y por otro lado, nos dicen que debemos renunciar a nuestros trabajos, viajar y vivir nuestra mejor vida. Con estas narrativas contrastantes, es muy fácil perderse en el dinero. Hasta cierto punto, el dinero te brinda libertad y control, pero después de eso, el valor debe venir intrínsecamente. Conoce quién eres y qué es lo que más valoras en la vida.
Estas son las cinco lecciones más importantes que he aprendido de este libro. Lo recomiendo encarecidamente y he aplicado estos conceptos en muchas áreas de mi vida. Me gustaría saber si has caído en alguna de estas trampas emocionales, ya sea de forma consciente o inconsciente, y ahora que eres consciente de ello, qué harás para salir de este ciclo. Gracias por leer y espero verte en mi próximo artículo.