Cuando se observa el mercado de valores, es difícil entender por qué cada acción tiene un determinado precio. ¿Significa que una empresa más pequeña tiene una valoración mayor que una empresa más grande? La respuesta es no y esto es debido a la complicada naturaleza del mercado de valores.
Para entender esto, es necesario comprender qué es una acción. Imaginemos que hemos estado pensando en montar un negocio durante los últimos seis meses. La única barrera es que no sabemos qué tipo de negocio comenzar. Un día, surge una idea en nuestra mente y la anotamos en nuestro teléfono. Corremos a casa y comenzamos a planificar todo. Parece perfecto, sabemos cómo convertir nuestra idea en una compañía multimillonaria. Sin embargo, necesitamos el capital para empezar.
Reunimos a nuestros familiares y les explicamos la idea, esperando que inviertan en la compañía. Todos piensan que estamos locos excepto nuestro tío, quien decide invertir 10.000 dólares a cambio del 20% de la compañía. En este punto, podemos emitir 100.000 acciones y nuestro tío recibirá 20.000 de ellas.
Comenzamos a construir el sitio web y a diseñar nuestro producto. Después de unos meses, nos quedamos sin dinero y necesitamos recaudar más fondos. En lugar de recurrir a nuestro tío, podemos buscar inversores ángeles, aquellos que buscan ideas innovadoras o emprendedores jóvenes en los que invertir.
Convencer a estos inversores no es fácil, ya que la mayoría de las empresas fracasan. Sin embargo, finalmente conseguimos captar la atención de uno de ellos. Antes de que inviertan, debemos acordar una valoración, ya sea antes o después de recibir la inversión. Cuanto mayor sea la valoración antes de recibir la inversión, menor será la participación del inversor en la compañía. Si llegamos a un acuerdo y el inversor invierte 1 millón de dólares en la compañía, con una valoración de 2 millones de dólares después de la inversión, el inversor tomará el 50% de la compañía y nuestras participaciones se verán diluidas al igual que las de nuestro tío.
Con 1 millón de dólares, alquilamos una oficina, contratamos diseñadores, ingenieros y especialistas para completar nuestro producto. Finalmente, todo está listo para el lanzamiento. Sin embargo, nos quedamos sin dinero y necesitamos un presupuesto de marketing y vendedores. Para recaudar más fondos, podemos buscar una Serie B y reunirnos con capitalistas de riesgo más experimentados que inviertan dinero procedente de otras personas en empresas como la nuestra.
Supongamos que nos ofrecen una inversión de 10 millones de dólares con una valoración de 20 millones de dólares después de la inversión. Aceptamos esta oferta y emitimos otras 200.000 acciones, lo que diluye nuestras participaciones. En este momento, el capitalista de riesgo posee el 50% de la compañía.
Pasado los años, nuestra compañía tiene éxito y finalmente comienza a generar beneficios. Esto es el momento en el que todos los que han invertido en nuestra compañía están esperando para vender sus acciones y obtener ganancias. Tenemos dos opciones: vender la compañía a una de las gigantes de la industria o realizar una oferta pública de venta (OPV) y cotizar en bolsa.
La OPV es una forma de recaudar fondos emitiendo acciones que cualquier persona puede comprar. Nuestro tío y el inversor ángel pueden vender sus acciones y obtener fortunas. Antes de cotizar en bolsa, el precio de las acciones se determina por acuerdo mutuo entre nosotros y los inversores. Sin embargo, después de la OPV, el precio de las acciones se ve influido por diferentes factores.
La ley de la oferta y la demanda son los principales factores que determinarán el precio de las acciones en el mercado. Si la demanda es menor que la oferta, el precio de las acciones disminuirá.
Por ejemplo, si surge una enfermedad y la prensa la exagera, podría provocar que los inversores vendan sus acciones por miedo a que la enfermedad dañe la economía. Esto aumentaría la oferta de acciones y reduciría el precio, lo que a su vez asustaría a otros inversores y aumentaría la venta de acciones.
Otro factor que puede influir en el precio de las acciones es si los resultados de la empresa no cumplen con las expectativas. Esto podría hacer que algunos inversores vendan sus acciones y aumente la oferta, lo que llevaría a una disminución del precio y causaría que inversores más profesionales se retiren del mercado.
Esta cadena de eventos puede llevar a una crisis económica. Sin embargo, si a pesar de no obtener beneficios durante años o décadas, la empresa demuestra potencial de obtener grandes ganancias en el futuro, los inversores seguirán comprando acciones. Esto aumentará el precio de las acciones, como sucedió con Amazon, que no obtuvo beneficios durante 20 años, pero su precio de las acciones siguió aumentando.
Algunas empresas juegan con el precio de sus acciones para aumentar la oferta, dividiendo el precio de las acciones para que sean más accesibles para los pequeños inversores. Por ejemplo, Apple dividió sus acciones 7 a 1 en 2014, lo que llevó a una reducción del precio de las acciones.
El precio de las acciones no siempre refleja el valor real de la empresa debido a todos estos factores. Es importante investigar si el precio de las acciones realmente representa el verdadero valor de la empresa antes de tomar una decisión de inversión.
